La historia dice así:
Erase una vez Caperucita, su abuelita y el lobo feroz. Un día viendo que las cosas no iban del todo bien, que llevaban unas vidas un tanto ajetreadas y complicadas y, sobre todo, que estaban cansados de vivir siempre el mismo cuento, decidieron ir a ver a un buen psicólogo.
Al cabo de unos meses de trabajo terapéutico............
.......Caperucita decidió dejar de hablar con lobos seductores, manipuladores y mentirosos que la engañaban y la hacían andar mas de la cuenta por caminos largos y complicados.
.......La abuelita decidió dejar de abrir la puerta a lobos que se hacían pasar por tiernas niñas, aunque peludas y con voz ronca. Decidió, además, dejar de vivir en una casa aislada en medio del bosque y se compro un pisito en la ciudad. También contrato a una asistencia para que la cuidase y le hiciera la compra, a fin de evitar que su nieta tuviese que llevarle provisiones atravesando un bosque lleno de lobos mentirosos y peligrosos. Porque la abuelita, gracias a la buena fe de su hija y su nieta, había ido ahorrando con el tiempo dinero para pagarse el pisito y la asistente.
.......Y el lobo feroz decidió dejar de disfrazarse de abuelita y de meterse en camas ajenas para cazar. Vio que era mas fácil cazar conejos en el bosque que complicarse la vida engañando a niñas y abuelas usando disfraces........es decir, decidió ser un lobo de verdad, un lobo autentico.
Y colorin colorado, el cuento se ha acabado...........definitivamente! para descanso y felicidad de sus tres protagonistas.
Moraleja: quizás para empezar a ser felices de verdad lo que toca es empezar a ser sinceros con nosotros mismos para vernos tal cual somos, pedir ayuda si la necesitamos y, en definitiva........ dejarnos de cuentos!
miércoles, 31 de enero de 2007
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